Nacho Tassara tiene 29 años, es rider de Santa Tabla y navega desde los 19.
“El spot donde navego principalmente es en Punta Rasa que es donde aprendí a navegar.
Siempre fui muy fanático del agua. Es donde me encuentro, donde me conecto. Pero nunca pude hacer deportes de agua mas que natación a lo que le dedique mucho tiempo de chico por vivir lejos de la naturaleza.
Cuando hice el primer body drag me volví fanático. Un deporte de adrenalina y sobre el agua (literal) tildó todas las casillas.
Sin embargo me era muy difícil navegar. Entre facultad y trabajo nunca encontraba el hueco. Hasta que decidí irme a vivir a Australia buscando como único objetivo navegar y aprender a surfiar.
Estuve 3 años viajando y navegando, me certifique como instructor y di clases en varios spots y decidí que iba a organizar mi vida en torno a lo que me apasiona. Decidí que era algo que si o si tenía que integrar en mi día a día y que era (es) tan importante que iba a acomodar el resto de las cosas para poder estar en el agua lo más que pudiese.
Busque un laburo remoto cuando todavía no era la norma (me cayó justo cuando decidía si me iba a dar clases de kite a algún otro lugar del mundo o si me quedaba). Y ahora como consultor en sistemas busco moverme a donde sople y me pueda conectar. Tengo la suerte de que mi novia es fanática de la naturaleza y le contagie la manija por el kite.
Tenemos base en Córdoba, donde hay una tremenda comunidad kitera, y en horario de oficina estamos atrás de una pantalla pero antes y después de eso podemos estar en el agua! Un día que empieza o termina así es un día ganado.
Pero quien sabe, quizás las ganas largar todo y estar todavía mas metido, hagan que en unos años la vida me encuentre en una playa en algún lado dedicándome al 100% al kite.
Lo que me fascina del kite es que, como es un deporte que requiere tanta atención, me trae al presente, al ahora. El primer chapuzón en el mar me saca todo lo que traía con migo y me conecta.”